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-lOO- 111 nai<:en ego si m (yo sea). hi aicen tu sis (tu seas). hura den ille sit (él sea). gLt garen nos sin1 us (nosotros searnos). ¡;uek o;areten vos si tis (vosotros seáis). ·hec diren illi sint (ellos sean). (J. D' Etcheverri, obras vascongadas, pág. 149) - El núcleo de estas l ltxiones es manifiesta·– mente Izan ; no advierto yo ningLilla diferen– cia semántica entre nadin, yo sea, y naicen, yo sea. ¿Cabe imaginar que naÍI:cn prove.1g-:1 de nadin? A mi ver la z de naicen no se ex– plica por nadin, y sí la d de nadin por naicen. El doctor Labortano usa esas flexio ;Ic5 en otros ti empos de suhjunti,·o. l'ampuco el mi– nistro ele La Bastide, Lizarraga, dcs.:omccía esa clase de formas. El versículo 4, capítulo VI de San Mateo: "Que sea tu iimosna en se– creto"; euzkcriza así nuestro traductor: "Hi re elemosyna sccretuan DENZAT". Garen, que seamos, dirandencat, para que sean, &., se leen a cada paso en el testamento euzkerizado por el célebre euzkerálogo llel siglo 16. Dartha– yet traduce soyons (seamos) por garan. (Ma– nuel de la conversatión hasque-fran<;ais, pág. 54). Con lo dicho queda desvirtuada la afirma– ción ele :\t \ "an Eys, q ue dice que las formas naicen, &., como suhj unti va'S no están ya en uso. "But this form (naizn or naicen is no lon– ger in use". L. c., pág. 42). Tan en uso están las dichas formas subjufltivas que el P. Men– dihuru en sólo tres lín eas las emplea nueve ve– ces. "Ez dio galdetuko Jesusek apair;ari ez no1·a daraman, edo norengana. DeJa a hera!:ia eri gaisoa, deJa beartsua, dela erregui:a, deJa

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