BCCCAP00000000000000000000235

El Misfonero práctico 87 dida con que midieres " tu adversario, añade Jesucristo. «No habrá misericordia para quien no tiene misericordia~. (Jacob, 11, 13), dice el apóstol Santiago. Diligite inimicos vestros, benefacite his qui oderunt vos, orate pro p.ersequentibus et calumniantibus vos... Amad a vuestros enemigos, rogad por etc. (Math. V, 43) Y agrega: ut sitis filii Patris vestri. Para que podáis ser hijos de Dios. De modo que si no renunciamos a la venganza ·brutal, no podemos ser jamás hijos de ·Dios. Y si no lo somos de Dio~ ¿de quién lo seremos? ¡De Satanás!. .. De Satanás, en la morada de Satanás!. .. Y sigue el Legislador con casos particulares: Si offers munus tuum ante altare et ibi recordatus fueris etc. (Math. V, 23) «Si estás a punto de entregar tu ofrenda ante el altar; y allí te acuerdas que tu prójimo tiene alguna queja contra ti, abandona el altar, corre a buscar a tu prójimo y recon– cíliate con él; y después de eso, regresarás al altar». Luego si soy un renCoroso, nada valen mis sacrificios, nada mi ora– ción, nada mis lágrimas, nada mis golpes de pecho. Dios no se conmueve, Dios no me oye, Dios no me perdona, ·Dios aparta su vista y su rostro de mi. Nadie en el Cielo tiene €n cuenta mi oración, aunque sea más fervorosa que las de los Santos más penitentes. ¡Oh qué situaCión tan triste! ¡Qué abandono tan absoluto! ¡Qué desprecio tan pavoroso!. .. Y ¡qué porvenir tan funesto y tan desesperante!. .. Y dice más el Maestro divino: In hoc cognoscent omnes quia discipuli mei estis... El único distintivo de mis discípu– los ha de ser este: que cumpláis este precepto del amor co– mo os lo he enseña·do. ¡Cristianos! ¿Tenéis valor para per– donar? Pues os felicito: lleváis en vuestra alma el distintivo· d e hijos de Cristo; seréis reconocidos en este y en ·el otro mundo por Dios como hijos de Jesús. ¿No tenéis valor para renunciar a la venganza? ¡Ay! Lo siento por vosotros. Me tiemblan los labios al tener que deciros: No seréis reconO··

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz