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El Misionero práctico 81 «¡El perdonar es una cobardía! Cualquiera que sepa que yo renuncio a la venganza, tendrá derecho a calificanne de pusilánime. Me dirá todo el mundo que no tengo carácter; que no tengo sangre en las .venas, que no soy hombre>. ¿El perdonar es una cobardía? Creerlo así es una grave equivocación, es un ·funesto error. .Precisamente lo col)trario es la verdad. La fortaleza, el carácter, el valor, la energía consiste en perdonar.. Y la cobardía consiste en .no perdonar. No trato de persuadirte a que ren~ncies a la satisfacción que se te .debe por la jnjuria ,recibida. No puedo exigirte eso. Pero sí voy ·a .demostrarte que el renunciar a la venganza es un acto de valor. ¿En qué consiste el valor, la .energía .d~ carácter? Consiste en acometer una. empre.sa difícil y· llevarla a cabo, venciendo obstáculos y atropellando dificultades, ,aun– que tenga que sufrir .11.uebrantos de salud, de ·intereses, . de reputación ante :la opinión p-(iblica. Ahora bien: los rencoro– sos dicen y aseguran que· el perdonar .renunciando a 11' ven– ganza, es algo difícil, que está sobre. las fuerzas humanas. Y añaden más: que el precepto de perdqnar es demasiado austero, que es impracticable e insopattable. ¿Es todo eso? Luego el que perdona hace algo s_obrehu– mano, dificilísimo, algo insuperable. Por consiguiente el que abandona el rencor es un hombre sobrehumano, arriesgado, valiente; es un carácter, es... en una palabra: es un héroe. Vosotros admiráis el valor de esos hombres que, bien. o mal annados, se lanzan con ímpetu ciego contra un ejército enemigo, lo arrollan con bravura, lo deshacen, lo desorgani– zan, lo rebasan y ocupan amplios territorios entonando jubi– losos la palabra ¡victoria! Pues bien, este heroísmo no es ni sombra comparado con el rasgo heroico del que pronuncia la palabra perdón. Así lo afinna el más grande filósofC1 de la antigüedad, Platón, el cerebro mejor organizado, que dió luz a los Aristóteles y Sócrates. ¿Por qué? le preguntamos. Y 6