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PARA UN SERMON • ACERCA DEL PERDON DE LOS ENEMIGOS (1) «Judicium sine misericordia ei qui non facit misericordiam».-(Jacob, II, 13). EXORDIO Hoy subo a la Cí¡tedra del Espíritu Santo experi~entan­ do la zozobra que suele apoderarse del que acomete una em· presa difícil. Y es que voy a tratar acerca de un tema impopular, en que fracasan casi todos los oradores sagrados. • Estos días he sido testigo de vuestro excelente espíritu. He auscultado vuestro corazón y me he convenciáo de que (1) ADVERTENCIA IMPORTANTE: Al predicar el .sermón exhortando al .perdón de los enemigos, c:¡uardémonoa de imponer a los fieles obliga– ciones que no impone la Ley de -Dios. El perdón interno_ obliga desde el momento en que ha sido produ– cida la injuria. El perdón externo no oblicja desde el primer momento. El perdón no significa retomo a las relaciones amistosas. Basta no negar las señales comunes de civilidad; y no es necesario poner en práctica actos positiyos especiales, como detenerse ~ hablar al adversario. abrazarle, etc. No existe per se la 'obligación de renunciar a la satisfacción que se nos debe por la injuria recibida. La reconciliación puede hacerse qradatim. y por medio . de tercera persona. No se confunda el rencor o deseo de venganza, con la indignaciOn, la cual puede estar limpia de pecado. drascimini et noJite peccare•. (Ps. IV, 5). Sería, pues; injusto urgir, desde el pú(pito, a loa fieles, clue se pidan perdón mutuamente en el templo o en el atrio•.