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54 El Misionero práctico ¿Qué opinar de semejante práctiCa? 1. 0 No conviene aconsejar se hagan PROMESAS sino propósitos. 2. 0 Que muchas personas poco ilustradas en doc· trina moral. creen que si quebrantan los propósitos que firmaron. cometen dos pecados. 3. 0 Que si no. firman todos, queda la impresión general de una DISCREPANClA que nunca está exenta de inconvenientes. 4. 0 Que en pueblos buenos y sencillos suele dar . resultado satisfactorio. Pero en poblaciones crecidas, si bien es verdad que por el momento produce, al menos en apariencia, buen efecto, pronto echan en olvido su compromiso y quizá protestan contra el misionero y la Misión. De modo que semejante recurso de perseverancia es más llamativo que práctico. - XXIII - ¿Y SI ·sE PREVÉ EL FRACASO DE LA MISION? Mucho antes del último día, ya se prevé y se cono· ce la mediocridad del fruto de la Misión. ¿Qué hacer en tan lamentable caso? Ante todo, no expresar el disgusto desde el púlpito ni en conversaciones particulares. Esto no sirve sino pa· ra acentuar el hastío del público y su antipatía a los predicadores. · Nada de lamentos estériles. Pero acuda a remedios apostólicos. Oración y mortificación. Insistimos en esto: oración

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