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El Misionero práctico . 47 4. 0 Les nmos con banderitas, precediendo los peque– ños. - 5. 0 La Imagen del Niño Jesús en _el centro de ellos. - 6. 0 El Clero y las autoridades civiles o los representantes de estas. - 7. 0 Los adultos que deseen. agregarse a la procesión. . Los maestros vim con sus discípulos, así como las señoritas catequistas y lqs acomodadores. Los do¡; Misioneros recorren las líneas entonando·. letrillas y oraciones. Suele ser de buen efecto y com-· place mucho a los niños y no menos a los adultos, que los Misioneros den VIVAS para que sean contestados por los mismos niños, los cuales levantan simultánea-· mente sus banderitas; y si se dan MUERAS al pecado, las bajan hasta el suelo. Las campanas suenan a vuelo. Y no dice mal con. la fie.sta, que se oigan salvas y cohetes y acordes de banda de música. Ya en el templo, el Misionero exhorta a los niños. a besar las manos de su Párroco y que en llegando a . casa, besen arrodillados las manos de sus padres, pro- metiéndoles ser obedientes y buenos. Y los bendice solemnemente con las oraciones litúrgicas. En el· acto de la noche el Doctrinero haga un elo- · gio del comportamiento de los niños, de su fervor e inocencia. Esto agrada a sus padres y sirve de ejem-· plaridad a todos los adultos. -XIX- LAS CONFESIONES A fin de que las confesiones se hagan con sosiego· y sin precipitación, conviene señalar días para cada el~-· se de. personas.

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