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44 El Misionero práctico -2.- ACTOS PECULIARES El Párroco habrá invitado a los ma~stros cfn la de– bida antelación, rogándoles acompañen a los niños des– de el Colegio hasta el templo. Esto supuesto, el Misionero que dice la alocución de apertura de la Misión, anuncia la hora del Catecis– mo que puede ser de doce a una del mediodía los cin-· co primeros días, a saber, sábado, domingo, lunes, mar– tes y miércoles. Los acomodadores o señoritas catequistas, además de los maestros, cuidan de la colocación de los niños en el templo. Se les explican, haciéndoles recordar las principa– les verdades de la Religión sin omitir las relativas a las Postrimerías, así como el modo de confesarse y co– mulgar. El Misiomero debe ser muy gráfico y muy ameno en sus pláticas a niños. Refiérales ejemplos y anécdotas de las vidas de los Santos, evitando cuidadosamente los cuentos terroríficos de apariciones de condenados. Se les anuncia ya desde el primer día, la función solemne del jueves, que se celebrará para ellos solos, previniéndoles que preparen una banderita que cada uno llevará en la mano durante la procesión, debiendo ser todas uniformes: la de los niños blanca y encar– nada, la de las niñas blanca y azul. Se aconsejan estos colores para evitar se exhiban banderas políticas, que pueden ocasionar disgustos a los más creeidos. Terminada la hora de la Catequesis, los . niños acompañan a los Misioneros hasta su ·alojamiento can– tando letrillas. Desde la puerta se les da la bendición.
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