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El Misionero práctico 39 sión. Ambos misioneros suelen estar arrodillados en la grada del presbiterio. 6. El Doctrinero sube al púlpito, y después de can– tada una letrilla por el pueblo. hace las advertencia, anunciando los actos del día siguiente; y dice su plática que podrá durar veinte o veintidós minutos. 7. Sermón precedido de un cántico; al subir ál púlpito el predicador lleva el Crucifijo que el Párroco dejó en el altar. 8. El predicador desciende del púlpito llevando el Crucifijo en las manos, mientras se canta el cántico final; y se sitúa en la grada más elevada del presbite– rio mirando al cuerpo de la iglesia. 9. Entretanto se organiza la salida de los fieles de cuatro, seis u ocho en fondo y se dirigen a la casa de los misioneros. 10. Desde la puerta o balcón de la casa, el predi· cador, teniendo el Crucifijo del púlpito en la mano, di, rige al público la palabra, pronunciando una máxima relativa al asunto del sermón. Debe ser brevísima, com– pendiosa y expresiva. · Algunos misioneros dicen la máxima en verso con el fin de que el público la retenga en la memoria. Pe– ro tiene el inconveniente de que se conoce está prepa– rada .con atelación y no impresiona tanto como la fra– se tajante dictada por la emoción del momento. 11 . Dicha la máxima en voz alta, el mismo predi– cador da la bendición al pueblo con el Crucifijo, di– ciendo solemnemente: ·La bendición de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu 'Santo, descienda sobre vos-– otros y permanezca siempre. Amén•. No conviene res-– ponder a los vítores o aclamaciones, que pueden apagar

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