BCCCAP00000000000000000000235

El Misionero práctico 37 -XIV- EL ACTO DE LA MARANA Diariamente se celebra un acto, a la hora de la ma– drugada, para todo el público. He aquí el orden del mismo. ¿Es conveniente cantar el Rosario o un misterio del mismo, recorriendo las calles en procesión? Algunos misioneros conceden gran importanCia .a este acto. Otros aconsejan prescindir del Rosario. Se aconseja para pueblos crecidos, si la mayoría de sus habitantes son piadosos. En pueblos pequeños pue– de resultar !leslucida·esta manifestación de piedad; por– que son muchos los vecinos que no pueden asistir. ya por su edad, ya por hallarse enfermos, ya en fin por– que les urgen las ocupaciones domésticas, rústicas o co- merciales. · Si se celebra este acto, deberá practicarse, luego de terminada la Aurora que habrán cantado los mu– chachos recorriendo las calles. Esios se reunen en el atrio al sonar ei primer toque de campanas, según les rogó el Misionero la noche en que se celebró la apertura de la misión. Ensayan du– rante unos minutos un canto piadoso. El misionero lo– mala campanilla; reza un PADRE NUESTRO y empieza el recorrido por las calles. El canto se alterna con la oración en voz alta, que se .hace pidiendo al Señor el fruto de la Misión: Regresan al templo en el momento de sonar el toque teréero. de campanas. El Doctrinero sube al púlpito. Reza el ofrecimiento de Obras del día, dictando frase por frase que repiten ios fieles; una oráción a la Virgen; otra al Angel Cus-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz