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El Misionero práctico 33 doctrina con· ejemplos tomados de la hagiogra– fía o de la Historia Eclesiástica y con anéc– dotas. 3.a Claridad· de conceptos, porque se trata de obli– gaciones gravísimas. 4.a Sencillez, es decir: simplificar todo lo posible; no exponer lo opinable, sino lo cierto; no mez– clar demasiados puntos, sino los necesarios. s.a Debe ser muy CEÑIDA, es decir, concretarse al asunto sin divagaciones que distraen y em– brollan. Al explicar el Sacramento de la PenitE!ncia, se in– sistirá mucho en la FACIT.IDAD DE PRACTICAR este medio de salvación. Jesucristo no vino a poner trabas en el camino del Cielo, sino a hacerlo más fácil. Este Sacramento es una invención de su misericordia, no de crueldad. Jesús es un Padre, no un tirano. Para recordar los pecados cometidos no se requiere sino el ejercicio de .la memoria durante un tiempo pru– dencial. sin que sea obligatorio apelar a medios extra– ordinarios, tales corno atar un nudo en el pañuelo. Y si alguien tiene.poca memoria, no se pide sino el ejerci– cio de ESA POQUEDAD. No impongamos obligaciones más duras que las impuestas por Jesucristo; así no in– curriremos en su anatema: cVre vobis legisperitis, qui oneratis homines oneribus quae portare non possunh. {Luc. IX, 46). En orden a lo que llamamos CONFESION GENE– RAL, no debe aconsejarse a TODOS indistintamente. La Confesión General puede ser necesaria para algunos. Para la inmensa mayoría es perjudicial. La experiencia enseña que es un medio para ·perder la paz del espí– ritu, entrar en mayores esc;rúpulos, sembrar la duda in- 3

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