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26 El Misionero práctico (Norma 27 de la Sda. Cong. Consistorial). La oratoria debe ser popular (Cánon 1347). 11. No aludü;: a personas o a vicios que se sabe son <le un solo sujeto o de muy pocos. 12. No declamar. insistentemente contra cla coírup– dón de la época actual>. Con ello sembraría el ~simis­ mo entre los fieles y les infundiría la sospeclía de la ineficacia del Cristianismo. 13. Los argumentos¡ y pruebas deben ser sagrados (Cánon 1347). No citar textos de autores profanos sino rara vez; y nunca de autores vivientes en la actualidad. {Norma 23 de la Sda. Congr. Cons.). 14. Hoy se reprueba universalmente una práctica que antes P-ra muy común o impresionaba: exhibir una calavera; o quemar pelos o· papel, símbolos de lo de- . leznable de la vida; romper naipes; ocultar el Santísi– mo; sorprender al público con súbita iluminación, etc. Ni el disciplinarse ante los oyentes es hoy buen medio para conmoverlos. 15. Exponer las verdades eternas con toda su ·pa– vorosa realidad sin temor a que se alteren los nervios débiles del público de hoy. (Benedicto XV, Encíclica HUMANI GENERIS REDEMPTIONEM). Pero no se en– tregue por sistema a sembrar el terror o la desespera- · dón a estilo jansenista; antes bien esfuércese en ins– pirar ilimitada confianza en la bondad de nuestro· Pa– dre Celestial. El terror no produce otro fruto que la pa– Tálisis espiritual. 16. El sermó~ de misión debe ser una batalla bien concertada para triunfar de los enemigos del alma. Aquí. SERMO DEI ha de ser PENETRABILIOR OMNI GLA– DIO ANCIPITI. (Hebr. IV, 12). Se ponen en juego todos los recursos de la elo-