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El Misionero práctico 21 . Y rompe la mar<;ha la procesión que se encamina al templo, para celebrar el primer acto de la Misión. Esta regla general puede tener sus excepciones. Un pueblo pervertido a causa de malos ejemplos dados por personas sagradas o por predicantes sectarios que han sembrado el recelo contra todo lo sobrenatural con espíritu volteriano, no puede equipararse a un pueblo creyente. El que esto escribe ensayó una modalidad especial de presentación en un pueblo difícil. No fué anunciado un Misionero, sino UN CONFERENCIANTE DE ASUNTOS CULTURALES. Los dos primeros días. habló en la plaza desde un balcón. El tercer día el pú– blico le siguió al templo. Desde el cuarto día pudo hablar de las ol:.ligacio-. nes para con Dios y de las sanciones eternas. La Mi– sión acabó con una Comunión general en la que no faltó sino un indivíduo del pueblo por circunstancias especiales. · -VII - DURACION DE LA MISIO}Il San Leonardo de Porto-Mauricio, que predicó Mi– siones durante la .primera mitad del siglo XVIII en Ita– lia, aconseja que se predique durante quince días. Mu– chas de las que predicó el Beato Diego de Cádiz no fueron tan largas. El Venerable Padre Esteban de Adoain que predicó Misiones en siete naciones durante cuarenta años, las dió de dos meses y de seis días. Regla general: En pueblos muy crecidos que tie– nen caseríos .muy lejanos, así como en pueblos muy ig• norantes y corrompidos, la Misión debe durar doce días como mínimum. En pueblos pequeños bastan nue-

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