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126 El Misionero práctico OCTAVILLA REPARTIDA EN BARBASTRO A~O 1940 «A TODOS No vengo para unos pocos. No me tomo la molestia de llegar hasta aquí para hablar a un partido o a una fracción. «Dios hace salir. el sol cada día para TODOS•. Jesucristo, el ser más compasivo que ha existido, dió la vida para dar la vida a todos. No represento intereses terrenos o humanos, sino intere– ses divinos. Soy de Dios. Vengo a hablarte en su nombre y en nombre de una Religión sacrosanta que está muy por en– cima de todos los trastornos y acontecimientos humanos. La insignia que ostento no significa limitación de ningún género; es universal, es de todos, de los de mi izquierda y de los de mi derecha; alcanza a toda la tierra y a todo el Cielo: es la cruz. Y la cruz es el instrumento de que se valió J esucristo par>¡. realizar el salvamento de toda la Humanidad. Es el mejor símbolo de paz y de amor. Al hablarte no te preguntaré si eres de derecha o de izquierda. No quiero saber nada de esas divisiones. Me basta saber que eres ima– gen de Dios; que tienes una alma creada por El y destinada a una eternidad. Quien quiera que seas, confíame tus penas, ábreme tu conciencia. No saldrá de mis labios una palabra que te hiera. La paz sea contigo. Escúchame. Te traigo la vida. P. G. de ESTELLA. . Misionero Capuchino».