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El Misionero práctico 121 nio. Ese fué su mérito. Graves responsabilidades. Elegir estado es asunto gravísimo. De él depende la feli- . cidad o la desdicha de toda la vida. Y quizá la salvación o condenación eternas. ¡Y cuán ligeramente se procede al deci– dirse! Algunas lo resuelven en una excursión al campo, en un baile, en un viaje. Otras se dejan cautivar con un cara– melo que le tiran, con una sonrisita, con un ademán. ¡Y qué de~engaños llegan a sufrir después! Doña Juana la Loca, hija de Isabel la Católica, fué a Flandes siendo todavía adoles- · cente, formando parte de la comitiva de una embajada. El archiduque Felipe el Hermoso no la conocía. La vió en la recepción. Se saludaron. Y el mismo día a la tarde se casa– ron. Felipe archiduque era todo lo hermoso que se quiera, pero fué mi bruto con su esposa tiranizándola. Y ella, Juana la Loca, perdió la cabeza y fué una de las mujeres más des– dichadas que han 'existido. No hace feliz a una persona la belleza, ni el dinero, ni la alta posición social; sino la virtud y el amor cristiano. Pedir y orar mucho ante .el Señor. Con– sultar a cual de los dos estados le llama Dios. Proceder con reflexión y no por caprichos. Desdichada la joven que tiene más corazón que cabeza. ¿Y si no tiene vocación para ninguno de ambos estados? No. está• obligada a sujetarse. Y aunque tenga vocación para el matrimonio, si no tiene ocasión de contraerlo o teme no acertar al recibir propuestas, ¿qué hacer para santificarse? Es laudable el celibato cristiano. A cierta joven le dijo un muchacho ineducado y poco recomendable: «Tú te qu~darás para vestir santos... » y lanzó una risotada irónica. La joven contestó: •más vale vestir santos que des– nudar borrachos... » Es muy difícil acertar con la persona adecuada al recibir las propuestas. No hay que fijarse sino en estas condiciones. Que sea buen cristiano. Aplicado al trabajo. De buena salud. De buen carácter o genio. No de– rrochador. Inteligente. No bebedor o mujeriego. Que no haya mucha diferencia en edad ni en intereses. Y fjnalmente: amor. Ir al matrimonio sin amor, es muy aventurado y peligroso.