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120 El Misionero práctico cibió una cajita muy elegante,· precintada con arte. La abrió con cuidado. Levantó un cuadrito que era el retrato de la joven; al pie un letrerito que decía: «Lo que eres... >. Miró otra vez al interior de la caja. Otro cuadrito. Lo saca. Estaba dibujado un esqueleto; al pie el letrero: «Lo que serás». Se horrorizó. Lloró... Miró si había algo más. Otro cuadro. Era una pintura preciosísima de la Virgen Maria. El letrero de– cía: «Lo que debes ser». Reflexionó mucho. Tal estratagema de la madre le hizo más bien que un año de Colegio. ¿Cómo imitar a la Virgen? Ponerse a disposición de Dios. María a sus tres años va al templo sin preocupaciones, aspiraciones e ilusión alguna. Se abandona en los brazos de Dios. Del templo salió obedeciendo los designios de Dios. Acéptó la dignidad de Madr·e de Dios docilmente: Ecce ancilla Domini. Sed así. Confianza plena en el Señor. Poneos a disposición de Dios. Cumplid vuestros deberes religiosos. Considerad la ·vida como un estado de tránsito a la eternidad. Y el tiempo como un medio de ganar el cielo. Aprovechadlo para gloria de Dios. La Virgen no perdió un minuto de tiempo. En todo momento ganó mucho ante el Señor. Y le dió gran gloria. Sed de Dios y para Dios. Os anuncio para mañana un t ema interesante. SEGUNDA CONFERENCIA: ELECCION DE ESTADO Dos estados. El estado religioso. Estado de matrimonio. Hay un Sacramento para santificar el matrimonio. ¡Ya hace falta un santo Sacramento para auxilio de la que lo contraer Es estado en que la mujer sufre mucho. No debe casarse la que no tiene vocación de mártir. Ya no hay libertad para divertirse. Nada puede hacer ni moverse sin permiso del ma · rido. Hay que sufrirle su mal genio, su despotismo, sus ca– prichos. Otras ocasiones de sufrimiento. Por eso hay santas en los altares que supieron sufrir en el estado de matrimo-

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