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66 Vida de San Fidel CAPITULO XIX Adiós a feldkirch Ji.~' L domingo de Ramos el P. Fidel dejó el ~ gobierno de la misión en manos del Pa· dre Alejo y se retiró a su convento de Feld· kirch. para entregarse a la meditación de su Salvador crucificado: aquella fué para él la soledad de Getsemanf. En estos días supo que la rabia de los predicantes iba en aumento. Convencido de que nada podía amansar a aque- llos tigres, sedientos de sangre humana, estu– diaba un medio de preservar a las almas del torrente-de la herejía y de convertir a los he· rejes fanati zados por sus pastores. Con éste fin preparó un bill u orden disciplinaria que sometió a la aprobación de las autoridades eclesiástica y civil. El obispo de Coira la apro· bó con grandes encomios; el gobernador aus– triaco, Luis de Baldirona, se encargó de pu· bl icarla y de hacerla cumplir. En el capítulo 1, siguiente hablaremos de esta orden, objeto de recriminaciones por parte de los historiadores enemigos. 1 1-~--.

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