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Vida de San Fidel CAPITULO XVI Siempre el enemigo . E obra sobrehumana puede calificl!rse .la W misión del P. Fidel en el Pratigau. «Este pueblo es grosero, como lo demuestran sus costumbres; tiraniza á los obispos, a los reli -· giosos y sacerdotes. La fé católica casi ha de– saparecido, se la odia. Los predicantes no re– troceden ante ninguna calumnia, y achacan al clero romano los vicios más afrentosos. > Tal era el cuadro poco consolador que Juan V, obispo de Coira, trazaba en una carta al Ro– mano Pontífice. El P . Fidel tenfa previstas las persecucio– nes que le esperaban, y las anunció antes de salir de Feldkirch, añadiendo que tenía la muerte segura. Estl atega inteligente, organi · zó una guerra en regla contra el error. A los sermones de los protestantes oponía su palabra ardiente, a sus malos ejemplos la santiddd de su vida. Se le vió anunciar con intrepidez las verdades católicas a los herejes más obstina-