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: 1 ! ·-- ---- ··- ---¡ de Sigmaringa 45 rior, amenazó que moriría a espada, si no re– nunciaba a la blasfemia. Desoyó el soldado es– ta amenaza y a poco uno de sus camaradas en una riña le atravesó con su espada y pereció súbita y miserablemente. En un pueblo de la Alsacia, a una jóven aristócrata, orgullosa y arrogante anunció un castigo que la reduciría a una humillación ex– trema. La jóven casó con un hereje que fué bién pronto la ruina de la familia : aquella jó– ven arrogante vi no a ser una mujer vulgar, condenada a devorar las amarguras de toda clase de humillaciones. Anunció en otra ocasión las grandes cala– midades que sobrevinieron después a los gri– sones. Al coronel de Bailón, comandante de las tropas, dijo: •Los soldados serán batidos en Recia como gallinas.> Proflitizó también la insurrección de los de Rezia contra el príncipe, y tus pérdidas y desas– tres que esto causaría . G~spar Kleclder, jefe del ejército católico, oyó al Santo esta triste declaración: «Tod os vuestros soldados mo– rirán asesinados por los bárbaros a causa de su fidelidad inquebrantable al archiduque de Austria. > La predicción tuvo entero cumpli– miento. La profecía más veces repetida ftté la de la época y género de su muerte. Todos los ----------- --~--------