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____________ d_e_S_i~g_m_a_r_in~g~a _____________ 31 ejemplos; antes que tus pies y manos se vean atadas por la dificultad de obrar el bien; antes que en tu rostro deje marcadas sus huellas la lujuria; conviértete... sal del sepulcro; no tar– des en dejar el pecado. Aun cuando seas un Lázaro, muerto de cuatro días, Cristo te lla– ma: Lazare, veni [oras, lenvántate y sal fuera .» Bendijo Dios sus trabajos, y fué incalcula– ble el fruto que recogió en los pueblos, ora en el púlpito, ora en el t;Onfesonario. No faltaban empero desgraciados que oían con disgusto la verdad desnuda de labios de nuestro .predica· dor. En Altdorf, un señor de la alta sociedad fué a verle después de unos sermones, y le dijo: «Padre, si quereis comer aquí buena so– pa, debeis predicar de otra manera. ¿Y qué me importan a m! vuestras sopas? respondió el Santo: Tened entendido que yo no predico porque no me falte vuestra comida, sino que digo lo que me dicta mi conciencia.> _ El cantón de Uri (Suiza), el Voralberg aus– triaco y Alsacia fueron los lugares donde ejer– ció su apostolado el P. Fidel durante sus pri– meros años de predicador. Sus dotes oratorias empero, ped!an un campo más vasto y más di– fícil donde ejercitarse, y la Providencia se lo tenía preparado. ._ -