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20 Vida de .San Fidel asaltado por)os clientes. Tenía suma habili– dad para arreglar amistosamente a las partes litigantes antes de acudir a los tribunales. En su lenguaje brillaban la prudencia, la dignidad y erudición, sobre todo una claridad meridiana aun en los asuntos más intrincados. Su amor a la justicia, su desinterés absolu– to valiéronle el título de abogado de los po– bres y defensor de los oprimidos, que todos le daban unánim~mente. Era, como Job, ojo para el ciego, pié para el cojo y padre de les po– bres. Como el Santo afirmó más tarde, presidían los debates jud'ciales la corrupción, la malicia y la injusticia, y esto excitó su_justa indigna– ción. El abogado Ro y no podía atemperarse a la vol untad de sus colegas, que insistían te· nazmente con él para que siguiera su innoble pmcedcr, lleno de fraudes, engaños y menti– ras . ¿Cómo luchar contra todos? preguntábase a si mismo. ¿Cómo salvar mi aima? La grocia, obrando de concierto con estos temore,;, inspiróle un género de vida más con– forme a su corazón. ¿Qué le aprovecha al hom· bre ganar todo el mundo, si pierde su alma? Este pensamiento le decid;ó a abrazar la vida religiosa. Tres Ordenes llamaban poderosamente su ...