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--·-·------- 10 Vida de San Fidel Juan Roy, padre de nuestro Santo, por su earácter franco y leal y profundamente reli– gioso habíase ganado la estima de todos sus conciudadanos, muy particularmente la del príncipe, quien le nombró Consejero de la Corte y Burgomaestre de Sigmaringa. Aun le aventajaba en virtud Genoveva Ro– semberger, su digna esposa. Esta mujer in– comparable recibía los santos sacramentos va– rias veces a la semana, asistía diariamente al santo sacrificio de la Misa, y por sus práctic'ls piadosas parecía su casa una iglesia consagra– da al servicio de Dios. De este tronco bendito brotaron numerosas ramas. Maria, la segunda de las hijas, casó con el conde de Helfenstein, de la línea de los Hohenzollern. jorge, el menor de los hijos, fué capuchino con el nombre de P. Apolinar; finalmente, el penúltimo, el más ilustre de to– dos, merece ser nombrado con el más profun– do respeto: San Fidel. Nació el año 1577 en el mes de Abril . Su nacimiento estuvo a ·punto de costar la vida a su madre. Genoveva, para salvar a su hijo, ofreció el sacrificio de su vida, pero, el Señor se contentó con su heróico ofreci– miento, saliendo bien librados la madre y el hijo, y Sigmaringa conservó esta joya que dió