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98 Vida de San Fidel veniente intervenir. Dios reservaba la gloria de este milago a su fiel servidor. Arrodillada la enferma en su habitación con la imagen de San Fidel en sus manos, suplicóle le otorgara la curación . Dios oyó aque!la súplica y des· apareció de repente.la sordera. El niño José Kygner fué atacado de la vi– ruela antes de cumplir un año de edad. Des– apareció la enfermedad, pero dejó en aquel cuerpo recuerdos más fatales todavía: las dos tibías se le doblaron formando dos curvas muy pronunciadas, y en las articulaciones se le formaron nudos de gran tamaño y sobremane– ra duros. Más adelante, el niño tuvo que ser– virse de dos muletas y aun a duras penas po– día andar. Por aquel tiempo (1729) celebraban los Capuchinos de Friburgo solemnes fiestas con motivo de la beatificación del glorioso mártir de los Grisones. La señora Kyrner, impedida por una enfermedad, no pudo asistir a estas fiestas, y se contentó con rogar fervorosa– mente al Bienaventurado en favor de su hijo, prometiéndole llevarlo a la iglesia del con– vento tan pronto como la enfermedad se lo permitiese. En cumplimiento de su palabra, llevó la madre su niño enfermo a visitar las reliquias del glorioso mártir.)or )res veces.

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