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INVITACION ECTOR: permíteme que te recuerde la definición de la vida humana sir– viéndome de una imagen grata· a los poetas: la vid¡¡ es un rosaL En un rosal andan mezcladas caprichosamen– te rosas y espinas. ¿Has ·visto algún rosal o al– guna vidé'. que no las tenga? En la vida, como en los rosales, ni todo es rosas ni todo espi.'las. Y como en los rosales también: en la prima– vera j:JrednTIJinan· las rosas ·sobre las espinas. Pa– sada la primavera, todo o casi todo son espinas. No queda más que la mata desnuda y descarnada, dejando a .la vista ~as puntas finas y cortantes. Pero aun en la prim:vera, en que todo es en eJ rosal reír y florecer, y sostener nicios, y oír gorjeos, es iniítil empeñarse en recoger rosas sin topar con las espinas. Pero si es imposible eliminar las espinas, no lo es romper o limar el aguijón de las mismas.