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i ,. l ,. .. . ' ! _7_8_____ Pc_._A_n_g,_e'--l_d--'e'--'--A=bárzuz_a________ cionado, tú también has decepcionado a otras per– sonas. Hay un aforismo que dice: no hay hombre grande para su ayuda de cámara; pero lo que acontece es que al poco tiempo de entrar· en re– laciones con los demás, todos son para nosotros ayudas de cámara. El único que parece siempre lo que es, y tanto más grande, y más bueno y más fiel, cuanto más se le trata, es Jesucristo. Tu corazón, hermano mío, no se de~pedirá se– guramente de volver a intimar con otras criaturas. Ni Dios te imoone esa obligación, siendo las amistades inoc.entes; pero yo quisiera que, como un recuerdo y una enseñanza de esa infidelidad de que te lamentas y que tanto te hace padecer, guardaras en tu mente esta idea que, fuera del gran amigo del hombre, cuya Imagen santa has besado mil veces, y besarás en la última hora de tu vida, no hay amistad enteramente segura, fiel ni verdadera. o
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