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111.-Estov enfermo 25 - - - - -- Esa ya es otra cuestión. Todo lo más sustancial que puede decirse acerca de los bienes y los males te lo voy a <br aquí consignado en dos ·expresiones, que sori tan exactas como dos fórmulas algebráicas. J.a El mal del alma, que es el pecado. es realmente un mal · para el alma y para el cuerpo. y más pronto o más 1arde, en una forma o en otra, tienen que sufrir ambos sus · consecuencias dolorosas. z.a El mal del cuerpo, que es la enfermedad, es efectivamente .un mal para el cuerpo, porque la enfermedad es una desorganización, y eso es un mal para un ser que se destina a estar orga– nizado; pero, si se sufre con paciencia, se con– vierte en un bien eterno para el cuerpo y para el alma. - ... ·--No olvides, hermano mío, estas verdades ·y haz de ellas, en tu vida práctica, frecuente apli– cación. Lamentable es ver a un enfermo postrado en la cama y sufriendo agudos dolores; pero, sabido es que casi siempre la enfermedad que atormen– ta al cuerp:> favorece al espíritu, y. por consi– guiente, favorece al hombre. San Pablo se quejaba dulcemente a Dios nues-

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