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11. -He decaído-de posición 19 hasta la llanura donde los pobres viven, y cam– biar de ciudad, cambiar de casa, cambiar de piso, cambiar de mobiliario, despedir ·a la servidum– bre, y declararse· pobres en la oscuridad del ho– gar, y a veces ¡terrible situación! sin poder de– clararlo ante el mundo. No siempre se llega a ese estado tan repentina e inopinadamente, pero siempre es poco más o memos el mismo el dolor de la caída. Pues bien, hermano mío, si tú eres uno de los visitados por esta . tribulación, no te desesperes por eso, ni pierdas la paz; porque todo lo que te sucede ha s-ido .dispuesto por un Ser. que te ama de verdad, · Dios nuestro Señor, que se cuida de los hombres, como un padre de sus- hijos. No dudes de ello, porque si no se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios ¿cómo se va a moveT un capital? Si de dos pájaros que son llevados al merca– do para la venta, no cae uno al suelo sin licencia defPadre que está en Jos cielos, ¿cómo va a caer una fortuna, que tan ligada está con los intereses morales de su poseedor? Esa profunda humillación a que te encuentras sometido, esos apuros económicos que pasas- en unión con ser,es _amados, esas lágrimas que de– rramas en la soledad, todo eso ha sido prepara~ do, calculado, pesado y medido por Dios, con arre– glo a un plan lleno de misericordia para tu alma. Debes persuadirte, además, de que la tribu-