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206 __ .Y·. _Angel de Abárzu:ta nuestros pecados.• .Esto dice el Señor: Purificaos, cesad de obrar el mal, buscad lo que es justo, .y entonces venid a argüirme. Yo os aseguro que, aunque vuestros pecados os hayan teñido como la grana, queda– rán vuestras almas blancas como la nieve.• Y el mismo Dios, hermano mío, que ha dicho esas palabras, al venir después en persona a este mundo, tuvo para los pecadores frases todavía más tiernas y conmovedoras. Escucha algunas de ellas, .y se dilatará tu co– razón de alegría. •Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecaaores a penitencia, porque no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfer– mos.» •No he venido a perder las almas sino a sal– varlas.• . ¿Quién hay de vosotros que; teniendo cien ovejas, y habiendo perdido una de ellas, no deje las noventa y nueve en la dehesa, y no vaya en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y en .habiéndola hallado, se la pone sobre los hombros muy gozoso, y llegando a casa, convoca a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque be hallado a la oveja mía que se me había perdido. Os digo que, a este modo, ha– brá más fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que