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XXI.-Sufw porq11e no tengo fe 177 verdad, puesto que así lo cree la mayor y mejor parle de la humanidad intelectual y consciente. Pero es el caso que hace ya siglos hl,lbo en el pueblo cristiano dos grandes escisiones, y , como consecuencia, son tres las agrupac;iones religio– sas que se llaman a sí mismas la Iglesia de Jesu– cristo, a saber, el Cisma Oriental, el Protestantis– mo y la Iglesia. Romana. ¿Cuál es la verdadera Iglesia, puesto que las tres no lo pueden ser? ¿Por cuál de ellas habla Jesucristo al mundo? ¿Dónde está su palabra íntegra e incorruptible? A esas preguntas, que son verdaderamente vitales, te contesto diciendo: El estilo es el hombre, y ese aforismo no es solamente aplicable a las producciones literarias, sino a todas las producciones humanas: y no so- ,. lamente a las producciones humanas, sino a las producciones divinas también. Es principio universal. porque, como dice San– to Tomás, cada uno obra según es él. De donde se deduce que la institución reli– giosa que lleva impresos en sí mismo el carácter, el modo de ser, de pensar y de actuar, el estilo, digámoslo así, de Jesucristo, aquella es su obra, es decir, aquella es la verdadera Iglesia suya. Cuando veas, pu~s. una institución religiosa 1 donde resplandezcan la unidad de dogma, de rito, y de jerarquía, falange numerosísima· y orde- Mda o=o W. ~,...,_ de Di~ do;:"• ~
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