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XIX.-Marchan mal mis ne!!ocios... 155 afirmación. Casi todos ellos sufrieron tedios, sequedades, y abandonos, que no eran producidos por el cur· so de los acontecimientos de la vida, sino envia– dos directamente por Dios. Cuando el dolor p.o viene, Dios lo llama; y no siempre es para castigar el alma. sino con el fin de hacerla más santa, y encontrar un mo-tivo para concederle después mayor premio. Pero nuestra repugnancia al dolor es tan na– tural. que con dificultad nos resignamos. a admitir en nosotros a ese. huésped; que siempre• nos pa– rece un enemigo de nuéstra dicha. Y, sin embar– go, en muchas ocasiones no es así. En la Sagrada Teología hay un capítulo que trata de los futuros condicionados. Futuros con– dicionados son las .cosas cuya existencia depende de una condición que tal vez no existirá, y por consiguiente, .en ese• caso, ese futuro tampoco ha de existir nunca.· Yo me imagino y tengo por cierto que, cuan– do vayamos al cielo, Dios nos ha de leer (permí– taseme esta expresión) muchos párrafos de ese capítulo, relativos a nuestra vida individual. Y ¡qué cosas ha:mos de averiguar entonces! Y ¡cómo hemos de bendecir a Dios, al averiguarlas!

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