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X1X.-Marchan mal mis negocios 151 ¿Qué haríamos nosotros, si, teniendo las ideas que tenemos, pero amando mucho a las almas, recibiéramos de Dios el. poder y el encargo de salvarlas? Primero las inundaríamos de gozos continua– dos. Viéndolas corromperse por ese camino, cam– biaríamos sus gozos por dolores; y en vista de que la multitud de los sufrimientos las conducía a la desesperación, alternaríamos los dolores con las alegrías; las primeras, para hacer soportable la vida; y los segundos, para mantener al hombre lejos de l¡t corrupción. Pues lo, que a nosotros nos enseñaría la ex– periencia, lo ve Dios instantáneamente, y lo· eje- cuta. · Esa es su sabia, su paternal providencia, de la cual se permiten murmurar muchos de los que .se llaman cristianos. Y el caso es que ese sistema de conducta lo emplea también el hombre en sus relaciones naturales. Con las personas a quienes ama tiene él tam– bién su providencia, y resulta que esa providen– cia es parecida a la de Dios. A los que ama. procura hacer felic:es; y. si para eso es necesario hacerles padecer, les hace padecer.

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