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___ 1_18 __________ P_._A_n~g~eldeA._b_á_r_zu_z_a ____________ pueda soportar la adversidad con paciencia y has– ta con alegría. Ahora bien, a un hombre que se ve obligado a llevar sobre sus hombros una carga pesada, lo mismo se le alivia la situación añadiéndole fuerza que quitándole peso, po·rque el resultado es el mismo. A la vista está que se acrecientan las dificul– tades materiales para los padres pobres ruando aumenta el número de hijos, y de eso suelen la– mentarse·; pero sospecho yo· que esa queja, hoy tan común, no existía en tiempos de más religión. Cuando la fe se ha debilitado, han empezado los lamentos. ¿Quién ha cambiado aquí? No han cambiado las condiciones de la vida, sino las almas. A cierto padre, profundamente cristiano, y ro– deado de buen número de pequeñuelos, hijos su– yos. le dije yo. señalándoselos con la mano: ¿Y no le preocupan a usted la subsistencia, y el por– venir de este senado? A lo que me· contestó él. con la más beatífica de . las somisas. ¿A mí? ab– solutamente nada. ¡Qué! ¿acaso no se sabe en el cielo que existimos y cuántos somos? ¿Soy yo por ventura el que ha dado la vida a estas cria– turas, que juegan y saltan, cantan y ríen? ¿No es Días? Pues El que me los ha dado me ayudará, para que no les falte lo necesario. Yo trabajo por .ellos con tanto ahinco como si todo dependiera

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