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X!\l,-Me preocupa el porvenir 109 ---- ---·------~~·----~---- - - - --- ·-- l'ellÍf i! las necesidades de los suyos, y además para dar limosna a los otros pobres.• Faltan, pues, a su. obligación los despreocupa– dos que viven al día, como suele decirse, oin pen– sac en el mañana, ni r>ara sí ni ¡nra los seres C'tlya tutela Dios les ha encomendado. La previ~>iÓn, es decir, la mirada al porvenir, es una cualidad divina de que Dios ha hecho oar~ W:cipe al hombre. y quiere que la ejercite. apli~ cándola no sólo a la vida moral, sino a la vida •aterial también. Pero ¿es que tu preocupación llega a ser una =obra, una verdadera ansiedad que te roba la tranquilidad del alma y te hace padecer? Pues eso, hermano mío, no me atreveré a d&– cirte ·que sea un pecado, pero sí que es una im~ perfección que de,sagrada a Dios, y .de la cual de– bes corregirte. Dios es un padre amorosísimo que se cuida so– lícitamente de nosotros; y es, no sólo una imper~ tinertcia, sino una verdadera injuria a su bondad el vivir como viven algunas personas en una per~ petua angustia, como si fueran huérfanos o hijos abandonados por sus padres y expuestos en el campo a todas las inclemencias de la atmósfera.
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