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~ .. : .............................................. ······················~········(: a....................................o·-····························.. ····0 ..:::-··············· ······························································(: CAPITULO 11 Oue se han de guardar fielmente entre día los propósitos de la mañana Todas las mañanas debes prefijarte cómo has de pasar el día presente con más prove– cho para tu alma. Contra los vicios que más te infestan, has de poner especial cuidado y diligencia. El ejercicio cotidiano produce aumento de gracia; y la constancia en el bien conduce al que lo practica a la cumbre de la perfección. ¿Quién sabe si es este para tí el último día, esta la última hora de tu vida? Tal vez no ve– rás el día de mañana. Guarda tus propósitos; no pierdas el tiem– po; que la hora ya pasada no vuelve jamás. Pelea el buen combate; implora la divina gracia, y se !e dará del cielo la victoria santa. Procura vencer las cosas menores, para que no vengas a resbalar en las mayores, llevado de la desidia.

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