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-81 - Mas Jos que encendidos en el amor de Cristo, se gozan en la pobreza y desprecio de si mismos, y deprimen su corazón bajo el peso de la humildád, y se reprenden a sí mis– mos duramente aún de las pequeñas negli– gencias; que toman con sobriedad y temor aún las cosas necesarias para sustentar la vi– 'da, y se deleitan más en que les falte, que no en que les sobre, estos son los verdaderos despreciadores del mundo y amigos de Dios, que caminan con ligereza.a la Patria, deseo– sos de salir del cuerpo para llegar pronto a Cristo; pues nada tienen, que, con placer su– yo, pueda retenerlos en el mundo. Feliz el alma, a la que anima tal deseo y que cada día añade nuevo fervor al fervor an– tiguo; que no cesa de orar y clamar a CristOj porque le sea abierta la puerta de1 paraíso, para entrar en el reino de Dios, que lo tiene prometido a todo~ Jos que con fidelidad le sirven. ¡Oh patria bienaventurada, donde reina ale– gria perpetua, paz suma, conocimiento claro de Dios, caridad perfecta y dicha consumada] Mejor es ahí un solo día que mil millares de días aquí abajo; ahí no falta cosa alguna; aquí todo es miserias, carencia de paz, conocimien– to exiguo. ¿Qué pueden hablar de la felicidad suprem~ Jos miserables, y qué los mortales comprender