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-71- Y aunque había conocido y leído otras mu– chas cosas, en nada sin embargo las tenía·, cómparadas con la'sublímidad de la Pasión y caridad de Jesucristo, la cual es !anta y tan grande, que ninguna criatura ptiede por ella rendir condignas gracias a Dios ni en la más pequeña partecíta. Y así pospuestas todas las cosas del mun– <lo, y sojuzgadas las pasiones de la carne, de– cía el mismo Sto. Apostol, ya lleno de Dios completamente: «Para mí vivir es Cristo, y morir, una ganancia"'. ¡Oh dulce palabra y sobre manera saluda– .ble, que nunca debería echarse en olvido! ¡Qué feliz y santa aparece el alma, que pue– <le decir otro tanto; para la que Cristo es to– <lo, cuanto vive, cuanto gusta, cuanto ve, cuan– to lee, cuanto entiende, cuanto cree, cuanto ~spera, cuanto ama, cuanto piensa, cuanto ·habla, cuanto de bueno obra en la vida. Vida verdadera vive, y dichosamente vive aquel, para quien Cristo es todo en todas las cosas, y amado singularmente sobre todas; que más permanece en Cristo que en sí mis– mo, no teniendo de sí nada y descansando dul– ce y suavemente en ÉL Vivir así es vivir para Cristo, y morir a sí mismo, y apartarse de sí mismo, y con mucha :ganancia en verdad, porque ello es acabar