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-33- nífica la Stma. Virgen Maria, contestando al Angel Gahriel con estas palabras: •He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu pa– labra>. Así ha de hacer y decir el buen religioso <lelante de su prelado: Sí, Padre mío, como lo decís y aconsejais, así procuraré hacerlo con todo mi corazón. Es preferible esta virtud a las víctimas y bolocaustos; ella borra los males pasados y preserva de los venideros; disminuye la pena temporal del purgatorio y libra de la conde– nación eterna. Por ella se hace el hombre amable a Dios, y tan familiar de Cristo, que merece ser lla– mado hermano suyo, según lo dijo Él mismo en su Evangelio: •El que hiciere la voluntad <le mi Padre, que está en los cielos, ese es hermano mío y hermana, y Madre mía•: ¡Oh qué preciosa es esta virtud, que hace aparecer a los que la poseen, seguros, delante de Dios, de las faltas que se les achacan! El que la tiene y guarda con cuidadó, dere– chamente camina a la patria, que perdieron Adán y Eva por su desobediencia, y que nos recobraron Jesús y María, por su obediencia. Esta santa y sencilla obediencia, aprovecha ·más que la doctrina profunda; es más útil que 1a fortaleza, y más segura que las dignidades y . prelacías.