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, : l ¡ · · L 1' i 1 Capitulo IV. De la pérm;~nencla en la cdda, y de la guarda de los sentidos . Jl<íg. 9Z V. · Del levantarse por la mariana y del oficio divino. . . 98 VI. De la comida cu el refectorio . 103 Vil. Que se han de evitar el ocio y las conversaciones iuútiles . . 100 VIJI. Del ·bencplácltil de DioS, Y dé la . confianza que en él se ha de te~ ner en las adversidades . . 108 IX. Dt:l examen de la conciencia por !anoche . • • . . 131 X. Del examen de la conciencia, más en particular y minuciosamente 114 XI. Del sueño y d~scanso de la noche 120 XII. De la virtud de la sarrta obedien- cia 123 LIBRO TERCERO Del conocimiento de la propia fragilidad Capitulo l. ' 11. 111. IV. V. Del propio conocfmiento . . Del desprecio de la vanagloria . Dd amigo fiel y verdaJh!TO . . De la tolerancia de los defectos del prójimo . . . . De la penuria espiritual y falta de l<t intt>rior sm1vidad . . VI. De la sujeción- humilde y santa rcsigrración . . • . VIl. Que se ha de alahar a Dios en la trihulación. . · . . . VIII. Que se ha de alabar a Dios wn dcvociún . . . . IX. Oración para alabar a Dios fcr– \'Orosarnenle LIBRO CUARTO oe la erevacl6n d• la m•nte Capítulo l. De la elev1Ciún úe la mente en p<ig. 1~ 129 132 "' 135 138 140 142 14[}. 147 busca d~l sumo bien. . . p<ig. 149 H. Del Verbo de Dios increadn, eter- no t: .innH::nso, que ilumina al alma sobre todos los doctores . 154 111. Del ardiente dt>seo, que sierrtc el alma al ser visitado por el Ver- bo, esposo suyo muy amado . WO IV. De la ahdic:u:ión y renuncia de todas las cosas del mundo ttiZ V. Exhortación a la humildall compunciún J(J4