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-:::- .............................................................................. ·:::· 0···········"·············..········0 ..··························........0 .::;."'''''' ''''''''"''''''''''''' '''''' ''''"''''''''''''000ooooooooooooooooo•••••-t-) . CAPITU L. O IV De la humilde obediencia que debe el súbdito a su prelado Deber es de súbdito bueno abrazar alegre– tnente el mandato de la obediencia, sin reser– varse un punto de su propia voluntad, más a -~jemplo de jesucristo abandonarse todo en manos de Dios y de su prelado. He aquí un -don gratísimo que puede ofrecer a Dios. ' Guárdate de juzgar temerariamente a tu ·,Jrelado; ni le sigas con curiosidad los pasos; .antes bien procura interpretar benignamente sus obras todas y palabras. Y si advirtiere~ en él alguna cosa -menos recta o defectos manifiestos, no por tso lo desprecies ni zayeras, antes bien has de excu– .sarlo y sufrirlo con piedad; y si fuese necesa– rio, avisarle caritativamente, o rogarle con Jilial respeto, por si o por medio de otro más