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- 341 - gusanillo miserable y perro muerto; y mués– trateme propicio, como te mostraste con la beatísima Magdalena, antes pecadora; y que tan pronto obtuvo a tus pies postrada, el per- dón de sus pecados. · Extiende tu misericordia sobre los que te reconocen,' alarga tu diestra a un prófugo in– stnsato, y vean tus ojos piadosísimos la con– trición de mi alma. No se irrite para siempre mi Señor por la malicia de.su siervo, mas acuérdese de tod~ la grandeza de su misericordia, y muéstrese hoy aplacado conmigo. ~scucha, Señor, esta petición única, que hago hoy en tu preseilda, de rodillas ante tu omnipotencia y adorando con la frente en el polvo la gloria de tu rostro, porque necia– mente hice y muy locamente me hube al ofen– der tantas veces tu mansedumbre, sin tener siquiera en cuenta lá terribilidad de tu trono. tOhl cuán grande es, Señor, tu misericordia, que para mostrar con más abundancia tu bon– dad, quisiste librar de la muerte al hombre, que tan merecida·la tenía. Más todavía, procuraste reducir con voz 'beni¡¡nísima a prófugos desatentados y des– leales fugitivos, enviándoles tus siervos y ami– gos a invitarlos, diciéndoles: todo está prepa– rado, venid a la boda. Armados debieras haber mandado tus do-