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-335- por ella, y a humillarse más; plra qu~ no se-. le impute a pecado, y sea poc su ingratitud más gravemente juzgado. Toda obra buena, que se hace en Dios,. me– rece aumento de gracia, alegrd el corazón y consuela al que la hace, porqu ' siente cabe si a Dios que le fortalece. Quien desée de Dios ser con~olado, guarde silencio de las cosas del· sigi::>, ore con fre– cuencia y déjese ver fuera raramente. Todo pecado engendra tristeza, mancha la na,turaleza y merece pena. Mira los dones de Dios en los otros, y esti– m~los como tales. Serán tuyo>, si como tuyos los estimas; pero refiriéndolo a Dios .todo,. para no perder los bienes, u~~ndo de ellos malamente. , Entonces usas mal del bien, cuando con él te engríes y te glorias vanamente. Entpnces usas bien del mal, cuando te hu– millas·y contristas, y te enmiendas con .la pe– nitencia, sin excusarte con sob!rbia: El estado de esta \'ida es débil y lleno de peligros; háse por lo tanto de recurrir a Dios. siempre, y rogarle que nos guarde, y nos sos– tenga en todo combate y en el bien obrar hasta la muerte. •OQQO•