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- < -325- todo inestable y movedizo, en los hombres, en las cosas, en los palacios y en los claustros; y en todas partes se topa con alguna falta, contrariedad y resistencia en una u otra cosa, y todo viene a resolverse en sufrir y padecer, interior y exteriormente en la presente vida. ¡De qué poco sirve, cuando llega el sufri– miento, el lugar hermoso o la abundancia de bienes que uno posee! El que sabe avenirse bien con su pobreza y padecer por Dios, y antes procura arreglarse con menos que con más, ese gozará de mayor paz y de alegría más intensa en su corazón. Mientras con exceso se des~e algo temporal, no podrá gozarse de verda<lera e interna paz. Con ojos sencillos y coraz~ puro han de mirarse las cosas terrenas, y gu~arse de de– searlas con sensual deleite; así se 'tonservará el hombre íntegro y sin quiebra en.) u con– ciencia. A todos los bienes del mundo y a todos los gozos del cielo ha de anteponerse siempre la voluntad de Dios. ~oOo~