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-324- Y es preciso sin embargo que muera y sea ~ojuzgada, sí ha de gozar de paz el espíritu y de unión con Dios. Ea, pues, Señor, dame a participar de tu gracia, y no me abandones en mis necesida– des; que mucho me resta que sufrir todavía. No me he renunciado del todo, ni muerto a mí mismo totalmente, ni estoy libre y vacío de afectos a cosas criadas; aun vive en mí vigo– rosa la naturaleza y reclama su parte y háce– me sentir qué vive todavía en mi tierra el je– buseo. Ayúdame, Señor, con tu santa gracia, pues– por tu virtud son luego reducidos a la nada todos. mis enemigos. Con una palabra, con una mirada tuya desaparecen · todos de tu presencia. Mas yo debo permanecer siempre en temor, y no confiar nunca en mí mismo; pues aunque muchas veces he salido libre e ileso, no estoy sin embargo del todo seguro. En ningún con– suelo puedo descansar, ni utilidad ni dulzura, sino sólamente.en tu gracia, oh Señor dulce y misericordioso. Sin ti soyme a mi mismo c~rga pesada e impediltlento; mas contigo y en tí me _siento fuerte, libre y p_oderoso contra mí miswo. .No puedo poner mi corazón en sitio alguno, por bello y delicioso que aparezca, porque todo es t,ran$itorio, lo que se busca de fuera;