BCCCAP00000000000000000000232

-319- me levanto, digo, sobre mi y fuera de mi con algo de amor o de aversión. Y cuando estoy vacío y desocupado de ellas, entonces camino con·Cristo al cielo, y ninguna cosa me deleita, y ningún esparci– miento me recrea sino solo la unión con Cris– to, su gloria y permanecer co:1 él unido. ¡Oh qué feliz es esta mortificació3, que así me abre la puerta de la vida eterna! El evangelista San Juan oy) una voz del cielo, que decía: Bienaventurados los muatos, que mueren en el Señor; ahora descamarán de sus trabajos, d·ice el Espirit~. Palabra ver– daderamente celestial: morir ~1 pecado, ha-· ciendo violencia a la naturaleza. No puede hallarse la verd ;dera paz inte– rior, mientras no se está muerto a si mismo y· al mundo, y dispuesto a morir de nuevo cada día. Porque cada día me convien ~ resolverme ·a morir por Cristo y empezar de nuevo la en– mienda de mi vida, y disponerme, a padecer y morir y vencerme enteramente. Más aún; a toda hora y e11 todo tiempo debo trabajar con empeño por salir de mí, y despojarme de todo por Cri;to, y abnegar y aniquilar ¡ior su amor el amor de mí mismo. Que tanto gano cuanto dej) por Cristo; y tanto adelanto cuanto de mí me alejo; y don– de me dejo, alh me encuentr J; y donde me

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz