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-315 - El prelado humilde es amado de Dios y "llígno de toda honra. El súbdito humilde ob- 1endrá gran premio en el cielo; sobrio y cas– to, es amigo de los ángeles y honra de los hombres. Quien huye del bullicio del mundo, se con– servar~ más limpio y puro. El hombre devoto y espiritual busca el retiro para vacar a Dios más libremente. El monje callado y recogido, que ora así– ·-duamenie, con Dios anda, y penetra las cosas del cielo. Obrando el bien y padeciendo inju– rias recoge .frutos ópímos para la vida eterna. Quien se entretiene en p~nsar cosas sutiles y mira con desprecio las humildes, abre ante sus píés la hoya, en que caerá desatentado. Quien aspira a cosas altas, desahucia a su al ma como q¡Jien la suspende del patíbulo. El hombre prudente no hace cosa alguna con precipitación. El hombre fiel nada des– precia, ni comete fraude alguno. El justo exa– mina las causas de las cosas antes de juzgar de ellas. Bajo apariencia de bien cuán muchos nos engañamos. Quien en sí confía demasiado, a peligro se expone de caer. Más acertadamen– te procede quien asiente dl más docto y expe– rimentado. Buscar ·consejo e interesar oraciones es ·in· dicío de humildad. Muchas veces dice Dios

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