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.. - 313- pasar por grande entre ellos, se envilece ~ los. ojos de Dios. Todo hombre soberbio aparece, inmundo delante de Dios, no se conoce a sí mism~, ni prevé su próxima rufna. Quien se engríe con soberbia, caerá por· justo juicio de Dios en el réprobo sentido. Quien a otros se prefiere, y piensa de si alta– neramente, caerá de lo alto, mientras perma-.. necerá en pié con seguridad el humilde. La soberbia oculta es una peste mortífera;.. suave en lo exterior, en ;lo interior amarga;·. alegre e'n la prosperidad', en la adversidad· descompuesta. Quien procura confundir a otro para justi– ficarse a si propio. él mismo se confunde, y· pone al descubierto su soberbia. Propio es del soberbio darse gusto a sí mis– mo y tenerse en más que los demás, repro~ · char con .ligereza los actos ·ajenos y ridiculi– zar a los sencillos; ya se v.e que está predis-· puesto a t?do mal. Pésimo criterio manifiesta quien de sí pien-· sa cosas grandes, y de los demás se figura cosas peores. No hay mejor manera de acabar con la so– berbia que ejercitarse con frecuencia en obras humildes, sufrir con paciencia las injurias y ocupar los últimos lugares. Quien reputa difícil y pesado el sujetarse y
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