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-250 ~ Digo en verdad que es de mayor mérito pa– <l(cer adversidades que practicar obras vir– tuosas. Muchos servidores tengo en aparien– <;ia; pocos que sepan sufrir con paciencia; una pequeña tribulación los quebranta, una leve injuria los irrita; a la primera ocasión se es– .candalizan. Pronto se quejan de la ofensa re– cibida; y con muchas razones y argumentos .se excusan cuando son reprendidos. No es ese a la verdad camino bueno; es muy diferente del que seguimos yo y todos los santos. Quéjanse algunos de la falta de paz inte– rior; y yo I~s digo que eso les sucede,. porque no tienen. paciencia. Por eso no tenéis paz, porque sois propietarios (de vuestra volun– tad); porque sois carnales, porque vivís según ·el hombre. ¿De dónde las guerras y luchas en vosotros, .sino de vuestras concupiscencias? No halla– réis la paz en la vida presente sino en vuestra paciencia; cuanto más paciente fuere uno, tanto gozará de mayor paz. Mi paz os doy, no como la dá el mundo. Mi paz está en la mucha paciencia, en la toleran– cia de los males, en el desprecio de los goces mundanos. Quien quisiere ser amigo de Dios, asi es preciso que se haya. No vine a traer la paz a la tierra, sino la guerra. La paz en la tierra