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-247- -cas; mas si os pare~e po~o, aduciré también a los Profetas, porque también estos sufrieron muchas tribulaciones en este siglo perverso. Dice uno de ellos: Tribulación y dolor he hallado; e invocaré el nombre del Señor. Tri– bulación y angustia me han invadido; y yo no he olvidado tus mandamientos. Muchas son las tribulaciones de los justos; y de todas ellas los librará el Señor. Considerad bien la fuerza de ~stas palabras. El Profeta halla en sí mismo dolor y tribula– ción: y ¿dónde halló medio de consolarse en esas apreturas de su corazón? En el clamar a Dios con humildad y confianza: •Al Señor damé al verme atribulado, y él me atendió>. Dice el segundo: Yo lloro, y mis ojos derra– man lágrimas, porque ha sido puesto lejos de mí el consolador, que alegraba mi alma. Grandes son mis gemidos, y mi corazón está lleno de tristeza. Objeto de risa he sido hecho para el pueblo, y su cantinela todo el día. Llenado me ha de amargura, y embriagádome de ajenjo. Quebrantóme todos los dientes, y m~ alimentó de ceniza. Ha sido rechazada mi alma; héme olvidado de los bienes. Y dije: Pe– <"eció mi fin y mi esperanza en el Señor. Palabras son estas tristes y de lamentación, y las escribió el profeta jeremías. Mas halló también consuelo, cuando añadió: Mí porción es el Señor (dijo mi alma); por eso en él espe-

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