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- 221 Mas es grato por el contrario ver cuál sea el humilde en sus actos y costumbres, cuales sean sus pensamientos y cuá1su porte en toda -coyuntura. -El Señor: Oye, pues, y aprenderás: El hu- milde permanece oculto en su casa, porque siempre busca el último lugar, según está es– crito: • Cuando fueres invitado al banquete de una boda, v é y siéntate en el último lugar•. Pero no hace esto con afectación y fingi– miento, mas siente.sinceramente que debe ha· cerlo así; pues de lo contrario no obtendría gloria ni premio delante del Padre, que está en los cielos, ei cual ve todas las cosas, por ocultas y escondidas que sean. Si por otros fuere reprendido o infamado, sufre con paciencia y calla mansamente, pen– sando en su corazón cuán grandes fueron los ·oprobios que sufrió el Salvador del mundo. Decían de jesús los judíos: •Demonio tiene, y seduce a las turbas. Es un glotón, y bebe– dor de vino; amigo de publicanos y pecado– res». Consuélase el humilde con estas palabras, y dice: •No ha de s~r el siervo más que su Señcr; si al padre de familia llamaron Beelce– bú, ¿cuanto más a los de su casa?•. Seguiré a n¡i Señor jesús, que dijo: •Quien -quisiere venir en pos de mí, niéguese a sí mis– mo, tome su cruz y sígame>.

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