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-220- En vano te levantas antes de amanecer; le– vántate después que hubieres descansado (en la oración), y así imitarás a los Santos, que hicieron lo mismo. Sentado estaba Job en un estercolero; David lo estaba delante del Señor; Ezequiel, en me-· dio de los cautivos. Siéntate tú también, y dí compungido: acuérdate, Señor, que me for– maste del lodo, y que me reducirás a polvo. Ora también con el Profeta, diciendo: no· e.ntres en juicio con tu siervo, porque: no será justificado en tu presencia ningún viviente. Acuérdate también de aquel publícano, que oróba desde lejos, sin atreverse a levantar los ojos al cielo; mas golpeándose el pecho, de– da con humildad: Dios mío, muéstrate propi– cio conmigo, pecador. En verdad que s3lió justificado, al contrarío del otro, es decir, del. fariseo, a quien reprobó el Señor. ¿Quién como tú, Señor, Dios nuestro, que habitas en lo alto; y miras las cosas humildes en el cielo y en la tierra; que levantas del pol– vo al mendigo y de la basura al menesteroso? Acuérdate de nosotros en nuestra bajeza ; defiende a tus pequeñuelos y abate hasta la tierra a los pecadores. juzga, Señor al huérfa– no y al humilde, para que no se atreva a en– grandecerse el hombre sobre la tierra. He vis– to en las Santas Escrituras como maltrecho· al soberbio; y es que fué dejado de tu mano.

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