BCCCAP00000000000000000000232

- 217 -- habeis hecho miserables, y nada de divinidad habeis hallado en vuestrds manos, oh hom– bres de riquezas, sino por el tontrario, dolo– res y trabajos. Mejnr es, pues, este ladrón hu– milde que Adán justo y en¡¡reiclo. Aquel subió por su humildad; este bajó por su soberbia. ¿Bajó, digo? ¡Bajar hubiera de h<1h~r sido so– larnentel pero fué más: cayó eu manos de la– drones, los cuales hasta le despojamu de sus vestidos; porque la soberbia no sólo baj<1, ~ino que también cae. Cayó en el cielo, cayó en el paraíso, cayó en el mar y en todos los abis– mos. Bajó Cristo, y bajó del cielo; por eso también subió sobre todos los cielos, para llenarlo todo. ¡Oh buen jesús! cómo luchas por mí en to– das partes, derribando de su pedestal a los soberbios y poderosos, y ensalzando a los hu– mildes. Dijiste un día: «Zaqueo, baja pronto, pues hoy quiero permanecer en tu casa >. Y él bajó con diligencia, y fué hecho hijo de Abr"hárn. Señor, baja antes que se muera mi hi jo; así oraba en cierta ocasión un padre desolac.lo , y Tú le dijiste: Vé, tu hijo vive. •Bajando jesús del monte, le siguieron mu– chas turbas>. Bajaste, Señor, para sah·ar al género humano, el cual, por querer subir, ha-· bía perecido. ¿Y por qué nos hallarnos te>dos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz